martes, 24 de junio de 2014

COLLAGE algo mas que cortar y pegar

En busca del tiempo perdido. A. Ferrer

















Cuando Picasso y Braque, en los primeros años del siglo XX, empiezan a pegar sobre sus dibujos o telas fragmentos de papeles pintados, sellos de correos, periodicos, fotografias, tarjetas postales, etc..., estan inventando una técnica y, sobre todo, un concepto que abrirá las puertas a una nueva manera de construir la imagen e interpretar las formas y cambiará radicalmente la trayectoria del arte.
Aunque en Oriente y Occidente existen numerosos precedentes históricos de la utilización de procedimientos semejantes, hasta la aparición del Cubismo no se generaliza el uso de este recurso extrapictórico, que va mucho más allá del cortar y pegar que dio lugar a la denominación papiers collés porque, como dijo Max Ernst, ¨Ce n´est pas la colle qui fait le collage¨,pues lo realmente importante es la filosofía que subyace en esa voluntad de hibridación de los más diversos elementos procedentes de la realidad.
El collage parece responder a la búsqueda de una nueva dimensión expresiva, que permite a los pintores aún apegados al lienzo no sólo representar el mundo de acuerdo con los cánones del Renacimiento, sino analizarlo de otro modo, mucho más complejo, acorde con la visión parcial de la realidad caracteristica de la modernidad, una opción que propicia el paso de las naturalezas muertas a unas naturalezas vivas, vinculadas a los aconteceres cotidianos, con un método que no sólo fascinó a los artistas porque rompia los órdenes clásicos del espacio, sino que también atraía al espectador, ya que le permitía articular a su manera los diversos componentes de la obra.
De aquellos 60. A. Ferrer
Efectivamente, el collage permite acoplar cosas aparentemente inconexas sobre un plano o un objeto; extrapolar, descontextualizar y yuxtaponer realidades, con sentido acumulativo. 
El collage atomiza las partes y trabaja con los fragmentos, sin la obligación de presentarlos de una forma lineal y comprensiva, sino imcompleta y acumulativa. Esto encaja perfectamente en la ¨cultura mosaico¨ que definió Abraham Moles, refiriéndose a la cultura de la comunicación de masas y evocando la idea de un mosaico de conocimientos desconectados entre si, que sólo el espectador se encarga de sintetizar, fascinando el ojo que piensa, que elucubra, que sabe pasar de un plano a otro, más allá de lo que sugiere el mundo fenomenológico.

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